lunes

no había visto
no había notado
el cristal de las paredes.
no me había dado cuenta
hasta que frías mostraron el quiebre.

pero entonces ya era tarde
ya me había perdido
entre tus laberintos ciegos y tus pasadizos.
dejados mis hilos en la entrada
(se te hizo tan fácil destejerme)
perdí mis escudos en el pasillo
y toda capacidad
de resguardarme de tus astillas heladas.


ahora lo único que queda
es verte a vos verme a mí
con la sangre escarchada
abriéndome la piel desde adentro.

(seamos sinceros:
yo tampoco pude descongelarte)

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