domingo

ya no hay siquiera párrafos, sino líneas sueltas, inconexas, inconducentes, incluso ilegibles, que me arrastran de a poco al homicidio de todo lo que surge a partir del vagabundeo por estos pasados a los que me remiten las otras pestañas. replantearme las armas, debería. no sirve martillarlo y aplastarlo. eso deja moretones. no sirve la sangre acumulada avioletando la superficie. arrancarlo, hay que. extirparlo, hay que. cortarlo al ras muy rápido y de un golpe. y después sí. que la sangre suba y el pus y los restos se escupan con violencia, que vomite la carne y estornude la piel y no queden rastros de lo que hubo o pudo haber habido.

2 comentarios:

  1. "cortarlo al ras muy rápido y de un golpe. y después sí" como me gusta cátta!

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  2. Pareciera que ésto sólo puede escribirse un domingo. Al final, los domingos siempre caen con su peso en la espalda...

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